Laporta, casi solo ante el peligro

Joan Laporta vive un momento difícil. Tal vez el más delicado desde que llegó a la presidencia del Barcelona en junio de 2003. El resultado de la moción de censura (sólo un 37% de los socios que votaron lo apoyaron) le dio la vuelta al calcetín. Hasta el voto de castigo, la mayoría de la Junta apostaba por la continidad de Laporta. Tras el revés, nueve de ellos amenazan con marcharse si el presidente no abandona el barco.

En la reunión del pasado martes intentaron que Laporta recapacitara, admitiera su derrota y la falta de confianza de la masa social azulgrana y dimitiera. Laporta no lo hizo. Sigue a los mandos del timón con la misma intensidad con la que pedía que el viejo presidente del Barça Josep Lluís Núñez dejara su cargo cuando pertenecía al movimiento de oposición Elefant Blau. En 1998 promocionó una moción de censura contra Núñez que no prosperó, apoyado por alguno de los directivos que ahora lo acosan por la misma razón como Albert Vicens.

Este Laporta sin memoria insite en continuar como presidente de la entidad catalana hasta 2010. Fecha en la que la masa social del club acudirá a las urnas para escoger nuevo mandamás. De los nueve directivos disidentes, cuatro son vicepresidentes dentro de la Junta (Albert Vicens, Ferran Soriano, Marc Ingla y Jaume Ferrer). Hombres de peso, hombros en los que Laporta se apoyó en tiempos de éxito y champán.

El plan de derribo duró cinco horas. La disidencia intentó sustituir a Laporta por Vicens y aguantar hasta las elecciones. Después de darle al 'foro romano' una cabeza, las aguas se tranquilizarían.

Fuente ADN